La vaginitis es una irritación de la vagina o la vulva. Es muy común y, por lo general, fácil de tratar. Casi todas las personas con vulva experimentan vaginitis en algún momento de su vida.
La vaginitis ocurre cuando la vulva o la vagina se inflaman o irritan. Esto puede suceder cuando el equilibrio químico natural de la vagina se altera o cuando se tiene una reacción a productos irritantes.
La vaginitis no es una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Sin embargo, el sexo puede alterar el equilibrio de levaduras y bacterias en la vagina, provocando vaginitis. En casos raros, puede haber una reacción alérgica al semen.
Reacciones alérgicas o sensibilidades a ciertos productos y materiales pueden causar vaginitis. Algunos irritantes comunes incluyen:
Algunas personas sufren vaginitis con frecuencia. Si ocurre cuatro o más veces al año, se considera vaginitis recurrente. Puede estar asociada a condiciones de salud como diabetes o VIH, o al uso incompleto de tratamientos anteriores.
Los síntomas varían según la causa, pero pueden incluir:
Un profesional de la salud puede diagnosticar la vaginitis mediante un examen y pruebas de laboratorio. El tratamiento depende de la causa y puede incluir:
Es esencial seguir las instrucciones del tratamiento y terminar el curso completo de medicamentos para evitar recurrencias.
Para mantener la salud vaginal:
Las infecciones por hongos vaginales, también conocidas como candidiasis, son causadas por el crecimiento excesivo de levaduras naturales en la vagina. Los síntomas incluyen flujo espeso y blanco, picazón, ardor y enrojecimiento.
Se puede tratar con medicamentos antimicóticos de venta libre o recetados. Es crucial seguir el tratamiento completo y evitar el sexo hasta que la infección se cure.
Es causada por un desequilibrio en las bacterias de la vagina. Los síntomas incluyen flujo grisáceo con olor a pescado.
La vaginosis bacteriana usualmente es fácil de curar con antibióticos (ya sea en pastillas para tomar o en geles o cremas para aplicar en la vagina). Hay diferentes antibióticos para tratar la vaginosis bacteriana, pero los más comunes son el metronidazol y la clindamicina.
Asegúrate de terminar todo el tratamiento tal como te indicó tu doctorx, incluso si tus síntomas desaparecen antes. No tengas relaciones hasta que hayas terminado el tratamiento y tu infección vaginal haya desaparecido.
Las complicaciones de la vaginosis bacteriana pueden incluir:
Si tu vaginosis bacteriana sigue reapareciendo, los probióticos te pueden ayudar. Sin embargo, antes de tomar cualquier suplemento, consulta con tu doctorx. Si tienes vaginosis bacteriana crónica (que no se quita o te da muy a menudo), tu doctorx, enfermerx o el personal del centro de salud más cercano puede ayudarte a encontrar el mejor tratamiento para ti.
Además de evitar productos perfumados y duchas vaginales, hay otras formas de prevenir la vaginitis:
Adoptar ciertos cambios en el estilo de vida puede ayudarte a prevenir la vaginitis:
Consulta a un profesional de la salud si experimentas síntomas persistentes o recurrentes de vaginitis. Existen numerosas clínicas y servicios de salud que pueden ayudarte a recibir el tratamiento adecuado y brindarte apoyo adicional.
En general, es importante prestar atención a tu cuerpo y buscar ayuda médica cuando notes algo fuera de lo normal. La educación y la prevención son claves para mantener la salud vaginal y general.